El email marketing es una de las armas con las que cuentan las empresas para llegar, convencer, fidelizar... a sus clientes
No te confíes cuando oyes que el currículum ha desaparecido. Hoy en día sigue siendo una de las principales herramientas con las que cuentan los reclutadores para seleccionar personal.
Tanto en los grados como en los másteres o programas expertos hay que rematar la formación con una presentación del Trabajo Final, que se expone ante un tribunal de forma oral.
El fin de cualquier negocio es vender. Unos se conforman con poco y otros quieren más, pero si no hay ventas, no hay negocio. Un tanto por ciento de esa venta se produce gracias a la comunicación.
La palabra sostenibilidad aparece incluida por primera vez en la vigésima tercera edición del Diccionario de la Real Academia Española (2014). Sin embargo, fue empleado por primera vez en 1987 en el informe socioeconómico Brundtland, elaborado para la ONU con el término de desarrollo sostenible (o sustentable), en el que se hacía referencia a “Satisfacer las necesidades de las generaciones presentes sin comprometer las posibilidades de las del futuro para atender sus propias necesidades”.
El titular es la tarjeta de presentación de lo que viene a continuación. Ya sabemos que debe de ceñirse a la realidad sobre lo que hemos escrito, que debe de captar la atención del usuario para que tenga la curiosidad de seguir leyendo, pero ¿cómo saber si a lo que nosotros nos parece interesante también lo es para nuestros lectores?
Recomendaciones para utilizar el Branded Content en email marketing
La Responsabilidad Social Corporativa (RSC) o Responsabilidad Social Empresarial (RSE) la entendemos como la contribución activa y voluntaria al mejoramiento social, económico y ambiental por parte de las empresas.
Aunque no parezca muy significativo, el lenguaje no verbal es mucho más incontrolable en épocas de incertidumbre. Actualmente nos encontramos en una de ellas y, aunque ya han pasado unos meses desde que la mascarilla llegó a nuestras vidas cotidianas, aún nos resulta difícil entender el lenguaje facial de las personas con las que hablamos, además de que nos lleva más esfuerzo el hacerlo.