Cómo dar la mano
Existen diferentes formas de dar la mano. Dependiendo del tipo de apretón que le demos a un desconocido, transmitiremos una información enorme sobre nosotros.
Jacqueline Withmore, fundadora de la escuela de protocolo de Palm Beach, nos ofrece los siguientes consejos para que este pequeño gesto nos salga perfecto.
- El apretón de manos debe hacerse estando parados, nunca en movimiento.
- Extender la mano y coger la suya.
- En algunos países, si la otra persona es mujer, se puede ampliar esta acción con uno o dos besos en la cara.
- Salvo en algunas culturas, en las que mirar a los ojos puede interpretarse como una actitud desafiante, al dar la mano debemos mirar fijamente a la persona que saludamos. Las miradas huidizas suelen generar una cierta desconfianza.
- Hay que acompañar el saludo con una sonrisa sincera, para crear armonía.
- Le diremos cómo nos llamamos. En algunos casos también tendremos que comunicar nuestro cargo y/o la empresa para la que trabajamos. La otra persona corresponderá presentándose a sí misma.
- Si es la primera vez que saludamos a esa persona, acompañaremos el saludo con una frase de cortesía (“Encantado de conocerle”).
Si ya hemos sido presentados con anterioridad, podemos decir “Es un placer volverle a ver”, “¿Cómo está?”.
- El apretón tiene que ser breve (más o menos un par de segundos).
Otras recomendaciones que debemos tener en cuenta son:
- La mano que se utiliza suele ser la derecha.
- La intensidad del apretón. El apretón tiene que ser intenso, sin hacer demasiada fuerza ni demasiado poca, horizontalmente, sin que ninguno quede por encima del otro.
Los apretones flojos o muy flácidos (llamados de pez muerto) denotan inseguridad. Normalmente crea cierta desconfianza entre las partes: a la hora de hacer negocios, nadie quiere sentir que está trabajando con alguien sin energía.
En el otro extremo está el quebrantador de nudillos. Éste es el tipo de apretón que usa la persona que quiere dar la impresión de dura y de dominar completamente la situación.
- La mano no se debe agitar demasiado, para hacer un movimiento suave y discreto solo se debe de mover la muñeca.
- Si sufrimos de hiperhidrosis (sudoración excesiva), tendremos el cuidado de llevar en el bolsillo un pañuelo o toallita con el que nos podemos secar discretamente antes de saludar.
- Las manos demasiado frías o calientes pueden provocar rechazo. En estos casos tendremos la precaución de calentárnosla (dando palmadas, frotándolas) o enfriarlas (con agua fría) antes.
- Salvo por razones médicas, no es correcto negarse a dar la mano.
Si te inicias en las relaciones laborales y no tienes práctica en saludar de esta manera puede que al principio muestres mucha atención en hacerlo correctamente, pero enseguida lo harás con desenvoltura y sin volver a dedicarle ni un pensamiento.