A menudo vemos post y artículos sobre cómo prepararse las
preguntas para una entrevista de trabajo, pero siempre desde el punto de vista del entrevistado. ¿Y el entrevistador?, ¿cómo debe prepararla?, ¿qué tiene que tener en cuenta? Natalia Sánchez Mira es experta en Recursos Humanos y
profesora de la escuela y, en este post, nos ofrece algunos consejos sobre cómo enfocar las entrevistas de trabajo desde el punto de vista de la empresa que quiere contratar.
Sánchez define la entrevista como “una conversación formal y profunda que conduce a evaluar la idoneidad del solicitante para el puesto y que permite la comunicación en dos sentidos: los entrevistadores obtienen información sobre el solicitante y el solicitante la obtiene sobre la organización”.
Para Natalia es importante aclarar que se deben realizar dos entrevistas, “una dirigida por el departamento de recursos humanos y la otra por el futuro supervisor. Esto se debe a que el papel del departamento de personal consiste en enviar al supervisor dos o tres candidatos que hayan obtenido alta puntuación y el supervisor es la persona más idónea para evaluar las habilidades y conocimiento técnicos del solicitante”.
Tipos de entrevistas
Antes de ver cómo enfocar las entrevistas, vamos a realizar un repaso de los tipos de entrevistas que existen atendiendo al grado de libertad que tengan los entrevistadores en cuanto a la formulación de preguntas:
- Entrevista estructurada. Las preguntas están preparadas de antemano y el entrevistador se ciñe única y exclusivamente a ellas. Es imprescindible cuando existe más de un entrevistador. Suele resultar muy mecánica para el entrevistador y para el candidato que puede sentirse desalentado ya que no se trata de una conversación sino de un interrogatorio.
- Entrevista no estructurada. Se da al entrevistador la posibilidad de elegir libremente el tipo de preguntas que va a realizar al hilo de lo que vaya exponiendo el candidato.
- Entrevista semiestructurada o mixta. Se preparan con anticipación aquellas preguntas que se consideran más importantes, dejando al arbitrio del entrevistador otras que surjan en la conversación.
Para Natalia no existe una razón lógica para elegir un tipo de entrevista u otro, pero parece que la información proporcionada por la entrevista estructurada es más consistente que la información obtenida por los otros dos métodos.
¿Cómo debe de enfocarse una entrevista de trabajo?
Natalia Sánchez divide este proceso en las siguientes fases:
- Planificación de la entrevista. Esto involucra, en el caso de utilizar entrevistas estructuradas, la planificación de las preguntas y la búsqueda de un lugar de reunión adecuado. Conocer los datos más importantes del curriculum para poder dar una buena imagen a la persona y poder conducir adecuadamente la entrevista.
- Establecimiento de la familiaridad o el rapport. El entrevistador tiene la obligación de representar a su organización y dejar una imagen agradable a los entrevistados sean estos contratados o no.
- Organización y control de la entrevista. Se establece una comunicación en dos sentidos y no se debe tomar mucho tiempo escribiendo las respuestas que da el entrevistado.
- Si existe alguna respuesta donde se cree que el entrevistado exageró o maquilló la respuesta, es necesario reformular la pregunta varias veces y cada vez pedir más detalles al respecto. Esta acción tiene el nombre de técnica de sondeo y de escucha y las preguntas deben comenzar con Cómo, Por qué, Quién, Cuándo, Cuál, Deme un ejemplo.
- Cierre de entrevista. Cuando el entrevistador considere que todas sus preguntas han sido respondidas o que el tiempo planeado expiró, es hora de finalizar la entrevista. Puede preguntarse al candidato ¿Tiene alguna pregunta final? o hacer un gesto que indique que está terminado la entrevista.
Para finalizar, Sánchez señala que es recomendable revisar la entrevista inmediatamente después de que concluya la evaluación, el entrevistador debe registrar las respuestas específicas y sus impresiones generales sobre el candidato en un formulario.