¿Nuevo empleado? Recíbele cómo se debe

Sin embargo, no debes quedarte con los brazos cruzados y esperar a que ocupe su sitio. Una nueva incorporación no es algo que debas de tomarte a la ligera, porque ni los trabajos de hoy en día son fijos ni los trabajadores aguantan en una empresa en la que no estén a gusto. Por ello, es algo que debes de planificar con anterioridad, incluyendo tanto los aspectos laborales como algunos tips para que “al nuevo” le resulte fácil socializar con el resto de los compañeros.
 
Puede parecer muy trivial, pero a una persona que se incorpora a un nuevo puesto le gusta conocer el espacio por el que se va a desenvolver (oficinas, comedor, baños, archivo...), también a las personas con las que tiene que trabajar (colegas, superiores, subordinados...) y, por supuesto, las herramientas con las que tenga que trabajar (ordenador, caja registradora, telas, aplicaciones...).
Durante los primeros días, la nueva incorporación debe saber cuáles son sus funciones, las metodologías empleadas para llevarlas a cabo, a quién tiene que reportar resultados o consultar dudas; en el caso de tener que dirigir, saber a qué empleados tiene que motivar o cuáles tienen otra serie de necesidades; si va a trabajar con productos, conocerlos perfectamente, etcétera.
 
Esto, que igual te puede resultar novedoso es algo que los anglosajones llevan años trabajando en su Onboarding o Plan de Acogida y que ya han implantado algunas empresas en España y Latinoamérica. Con este plan se cubren las espaldas con malos entendidos por parte del trabajador como, por ejemplo, desconocer la pirámide de la compañía, estar ubicado en un sitio que le disgusta, no disponer de algún dispositivo para realizar su trabajo... Lógicamente, estas listas ya elaboradas pueden ser modificadas en función de las circunstancias del momento.
 
Los objetivos de este plan es mejorar el impacto en la productividad y retener el talento. Así que, si vas a incorporar a un nuevo empleado, acompáñale y entrar juntos con el pie de derecho.