Nos invitaron a una charla con
Pedro Tarak, presidente del
Sistema B, acerca de la nueva economía y las empresas con propósito. El tema nos llamó la atención porque Ciclo propone en sí mismo un modelo de negocio entre el tercer sector -organizaciones sin fines de lucro- y las empresas privadas. Un híbrido que busca el desarrollo sostenible individual y colectivo desde una base económica rentable.
El Sistema B lo propone como “una economía donde el éxito se mida por el bienestar de las personas, de las sociedades y de la naturaleza”, y donde se pretende “redefinir el sentido del éxito en la economía”. Tarak expone la re-unión de las personas, que se activan y organizan para evolucionar. Se pregunta: “¿Cómo hacer para que la sociedad y el mercado vuelvan a unirse? ¿Cómo hacer para que el bien común sea lo que nos una?”. Pedro recuerda que “los
límites ecosistémicos planetarios están traspasados… y la brecha social indica que el 1% de la población acumula más del 50% del patrimonio social.. No sabemos gestionar el riesgo de la convivencia”.
Empresas B
Las
Empresas B son entidades que miden su impacto social y ambiental comprometiéndose a tomar decisiones considerando las consecuencias de sus acciones a largo plazo en la comunidad y el medioambiente. Son parte del Sistema B junto a otros actores del mercado como inversores, políticos y funcionarios públicos, las comunidades de opinión, y la academia (incluso tienen su propia
Biblioteca B). Su compromisos se reflejan esencialmente en tres puntos concretos:
- Establecen el objeto social de los Estatutos de su empresa con un propósito agregado de bien público, buscando la creación de valor en lugar de la creación de lucro.
- Se someten a una herramienta de Evaluación de Impacto que incluye todos los aspectos relevantes para el desempeño adecuado de la compañía, incluida la gobernanza. Este es un instrumento de auto-evaluación, y está abierto para ser usado incluso por entidades externas al Sistema B. Con esta evaluación, las Empresas B dan seguimiento longitudinal a su organización, permiten las auditorías externas, y hacen públicas las respuestas lo cual humaniza al sector privado.
- Amplían el concepto de la cláusula de sociedad fiduciaria -que usualmente protege los intereses del inversor, para que alcance a los intereses de un público más amplio. Esto lo facilita la misma estructura de las Empresas B al solicitar a sus propios accionistas que realicen tal decisión y la promuevan.
Cultura del encuentro
Conclusión memorable por parte de Tarak: la “cultura del encuentro” es “una oportunidad para que nos cuidemos”. Y es que en definitiva, las estructuras que hemos creado como civilización requieren una apasionada búsqueda por la rentabilidad en el desarrollo sostenible y los valores sociales. Los opuestos caridad/lujo, pierden sentido en las condiciones actuales.
Foto: María Luisa Mészáros
Para Ciclo,
las experiencias culturales y artísticas tienen alto valor intrínseco, y contribuyen al posicionamiento de marca en tanto generadoras de comunidad. Muchas veces las empresas piensan que su inversión debe ir enfocada
únicamente a la captación de clientes y conversión a ventas. Es cierto que sin clientes y sin ventas -o sin donantes y donaciones, en el caso del tercer sector- el emprendimiento o la organización de poco valen, pero hoy día, las personas, es decir,
los consumidores, no queremos ser tratados utilitariamente. Las experiencias significativas, nuestra capacidad creativa y propositiva para con la marca generan atracción hacia el bien o servicio que se nos esté mostrando. Por tanto, validamos la conclusión de Tarak, al hacer énfasis en reconectar como seres humanos, y que en medio de esa vivencia de los
valores sociales que nos hacen más persona, se den las transacciones comerciales requeridas para cumplir nuestros deseos y necesidades y, por qué no, lograr esto sin menospreciar los deseos y necesidades de los demás y del ambiente.lin
Por MariLu Mészáros