En los cargos directivos la delegación es necesaria, pero no para todos es una habilidad. Sin embargo, es una habilidad que podemos convertir en fortaleza y comprobar cómo mejora nuestra eficacia. Delegar correctamente nos aporta numerosos beneficios, tanto profesionales como personales.
Delegar autoridad
En el mundo empresarial, dependiendo de la cultura y de la estructura organizacional, existen diferentes formas de gestionar la autoridad.
- En empresas con pocos niveles jerárquicos, la autoridad en línea resulta eficiente. La autoridad en línea se basa en guiarse de la jerarquía que cada persona posee y en base a eso ejerce el poder. Las decisiones y la delegación se dan desde el nivel más alto de la organización hacia abajo.
Ante una eventualidad se tiene que informar desde el lugar del hecho hacia arriba (subiendo en la jerarquía de autoridad), hasta el nivel estratégico de la empresa y luego éste emitir una solución hasta el nivel en el que ocurrió el hecho.
En empresas con autoridad en línea, cuando se produce una delegación significa que los niveles estratégicos otorgan poder para decidir a los empleados.
- En multinacionales y grandes empresas, el método empleado para ejercer la autoridad es el de la descentralización. En empresas en las que existen grandes divisiones, una autoridad central provocaría que no se pudieran dar respuestas rápidas a los imprevistos -las decisiones se toman en el lugar en el que ocurre el imprevisto y luego se informa-. Es decir, se cede el poder de decisión.
Para que la descentralización de autoridad sea eficiente hay que confiar en las capacidades y habilidades de los trabajadores y tener una red de comunicación eficiente. Se entiende que antes de delegar poder se debe analizar las habilidades de los trabajadores.
La delegación de autoridad es positiva para el trabajador en dos sentidos; por una parte, influye en la motivación de los trabajadores y, por otra, contribuye a desarrollar su sentido de la responsabilidad y su compromiso con el que le ha otorgado la autoridad.
Más adelante vamos a ver los problemas que pueden surgir cuando no existe una buena comunicación a la hora de delegar autoridad.
Delegar funciones
Cuando se delegan funciones también se delega autoridad, aunque no se pierde. Lo que no se delega es responsabilidad.
Las funciones gerenciales regulan y controlan las demás funciones básicas de la empresa (finanzas, contabilidad, producción, ventas, investigación y desarrollo, etc.). Dependiendo de las empresas y de su tamaño, puede que las funciones recaigan en una o dos personas o que cada función esté concentrada en personas diferentes.
Delegar tareas
Dependiendo de este enfoque, lo que se asigna son deberes. Son ciertas actividades que debe cometer la persona delegada.
Cuando se trata de delegar tareas en una empresa hay dos posibilidades. Acudir a la externalización o buscar, entre los empleados disponibles, la/s persona/s qué mejor pueda realizar ese trabajo.
Buscar profesionales externos a la empresa aporta beneficios en cuanto a que son expertos que saben qué tienen que hacer, y por lo tanto van a realizar bien su trabajo, generalmente más rápido, y disponen de los recursos que necesitan para llevar a cabo la tarea. Sin embargo, aunque no en todas las ocasiones, resultan más caros que hacer la misma tarea internamente.
Hay ocasiones en las que se acude a la externalización porque son tareas que no se pueden realizar en la empresa.
Si decidimos delegar diferentes tareas a personas de la empresa, hay que pensar en cada ocasión, quién es la persona más indicada para delegar.
La delegación es una habilidad que todos los directivos y emprendedores deben de conocer. Pero existen muchas más, que puedes conocer y adquirir con el MBA de Spain Business School.