La capacidad cognitiva es la facultad que tiene un ser vivo para procesar información a partir de la percepción, de la experiencia y de características subjetivas que permiten valorar la información. Radica en procesos tales como el aprendizaje, el razonamiento, la atención, la memoria, la resolución de problemas, la toma de decisiones y el procesamiento del lenguaje.
La empatía es la capacidad cognitiva de percibir, en un contexto común, lo que otro individuo puede sentir. La empatía permite un entendimiento sólido entre dos personas. Es fundamental para entender y comprender el mensaje de la otra persona.
Las personas con empatía son aquellas capaces de escuchar a los demás y entender sus problemas y motivaciones, aunque no compartan el mismo sentir. La empatía, junto con la afinidad y el compromiso, son conceptos que se deben de entender en las organizaciones que pretenden tener buenos resultados de sus equipos de trabajo.
¿Qué nos permite la empatía? Varias cosas, entre ellas:
- Recoger más calidad y más cantidad de información.
- Identificar los sentimientos expresados. Con ello podremos reforzar, e incluso compartir, los estados emocionales positivos. Y disminuiremos los estados emocionales negativos.
- También nos permitirá controlar nuestras propias emociones y valorar abiertamente la posición del otro y lo que la determina.
- En los negocios nos permite llegar más rápidamente a la conciliación de intereses y es especialmente útil para hacerle frente a las inconformidades.
La empatía lograda por un equipo de trabajo dará cohesión y formará un ambiente de confianza para el cliente. Resulta de suma importancia que los equipos de trabajo colaboren en el aumento de su propia identificación, pues, si no son capaces de mantener una relación empática entre ellos, les resultará muy difícil hacerlo con los clientes.
Para empatizar con otra persona tenemos que respetar sus emociones y sus actuaciones, aceptarlas y comprenderlas. Elementos que en ocasiones nos es bastante complicado respetar. Una serie de errores muy frecuentes a la hora de empatizar son:
- Cuando restamos importancia a lo ocurrido. Evidentemente queremos calmar a la persona, pero es muy probable que la enfademos más.
- Cuando queremos aleccionar a la persona. Aunque nuestra intención es ayudar y dar ideas, le estamos trasmitiendo a la persona que no es válida y que debe aprender de los demás.
- Poner ejemplos sobre uno mismo y desviar el tema de conversación.
- Juzgar y criticar la actuación del otro.
Sin embargo, sí que empatizamos cuando, tras comprender lo que el otro siente, nuestros gestos, nuestros actos y nuestras palabras reflejan ese acercamiento.