Muchos trabajadores asalariados, emprendedores y freelance están acostumbrados al teletrabajo, a otros no les ha quedado más remedio que hacerlo a trompicones a causa del aislamiento por el Coronavirus. Si este es tu caso y no consigues organizarte, te damos unas pautas que pueden ayudarte:
Fija un horario de trabajo. Puede que las condiciones no sean las mismas que las de la oficina, pero intenta fijar el horario que más posibilidades de concentración y no tener que levantarte tengas. Estos días los horarios tendrán que ser más flexible, igual no acabas de trabajar a las cinco de la tarde, pero a las 12 puedes estar preparando la comida para la familia y tampoco podrás hacerlo, así que lo mejor es ir adaptándolo a los horarios en los que no tengas que estar atento a otras tareas.Es importante que mantengas un horario o que lo modifiques con más madrugones para que puedas compatibilizar el trabajo con la vida familiar y las demandas de los que viven contigo.
También lo es que mantengas la rutina de ducharte y vestirte como si fueses a la oficina. No es necesario que te vistas tan formal, pero sí que no te pongas a trabajar en pijama.
Busca el lugar que menos te distraiga y más cómodo te sientas. Si puedes, busca una mesa que no tengas que despejar cada vez que acabas. Ten a mano todo lo que necesitas: ordenador, hojas, bolígrafo, teléfono... y procura que el lugar esté despejado para que tu concentración no se distraiga.
Antes de comenzar asegúrate que el lugar escogido está bien ventilado y tienes buena luz, si puede ser natural, mejor.
Establece unos horarios de descanso, como la pausa que haces en el trabajo para ir a por un café y despejarte un poco.
Haz una lista de prioridades. Antes de comenzar con cualquier tarea de trabajo, haz una lista de lo prioritario, lo importante y lo que puede esperar. Comienza por lo prioritario, aunque sea lo que más te cuesta, ya que esas acciones dependen de toma de decisiones de clientes, de que otros compañeros puedan continuar con su trabajo...No comiences una tarea hasta que no acabes con la que hayas comenzado. La productividad se contabiliza por tareas finalizadas, no por las que se quedan a medias.
Comunícate con tus compañeros y comparte los horarios en los que estás disponible. Seguro que encontráis horas conjuntas en las que podáis compartir avances, dudas.
Sigue manteniendo feedback con tus jefes. Ellos son los más apropiados para que te indiquen si estás cumpliendo los objetivos marcados, también para resolver tus dudas.
¡Confía en ti! ¡Seguro que puedes!