¿Por qué un directivo debe tener presencia digital?
La digitalización se ha convertido en un requisito fundamental para los líderes
miércoles, 13 de enero de 2016
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¿Sabías que en España el 89% de los usuarios de Redes Sociales sigue al menos a una marca?, ¿sabías que, de los 12 millones de compradores online, el 49% son influenciados por un blog? Estos y otros datos hacen que la presencia digital sea un requisito imprescindible para cualquier directivo.
¿Cuáles son los beneficios que reporta la presencia digital a las empresas y profesionales? Las oportunidades que genera son muchas y variadas como la mejora de la marca personal, el poder llegar a potenciales clientes o el aumento de la visibilidad, entre otras muchas.
Para ver más datos que dejan claro que los directivos y las empresas deben subirse ya al tren de la digitalización, te ofrecemos esta infografía extraída del Blog de Andrés Macario y en la que podrás ver con mayor claridad por qué deben hacerlo:
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Hay conversaciones laborales que no se limitan exclusivamente a las cuatro paredes de nuestro despacho ni a la hora que puede durar una reunión.
Las pautas que se dan a continuación son muy generales. Cada reunión es diferente y depende de diferentes variables: la empresa (tamaño, sector, localización, etc.), las personas con las que vamos a tratar…
El contacto formal con otra persona se inicia dando la mano. En una reunión de trabajo, dependiendo de si somos los anfitriones o no, el saludo lo iniciaremos o esperaremos a ser recibidos. En cualquiera de los casos, no podemos obviar que somos la representación de la empresa, su imagen y vamos a hablar en representación de ella. La persona con la que vamos a conversar se va a formar muy rápidamente una impresión sobre nosotros y, por lo tanto, sobre nuestra empresa.
No negociamos nunca con intermediarios, es una pérdida de tiempo y puede crear unas expectativas inadecuadas, ya que el intermediario / a, incluso con buena voluntad, nos puede hacer creer que nuestros planteamientos son aceptados y, en cambio, encontrarnos después de que nos han denegado el proyecto.