Tips para mejorar tu salud y finanzas

Empieza hoy a crear tus metas u objetivos donde tu salud y finanzas personales estén unidos.

lunes, 06 de julio de 2020
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Existen dos cosas que solo nosotros mismos podemos atender y de las que somos los únicos responsables, ellas son nuestra salud y nuestras finanzas. Nadie puede llevar un estilo de vida saludable por nosotros, salir a correr o evitar que hagamos un gasto innecesario si no lo hacemos nosotros mismos. Nuestra salud y finanzas personales tienen esa particularidad y será más sencillo ser exitoso en ambas si hacemos algunos cambios.
 
  1. Para mejorar la salud y las finanzas lo primero que hay que hacer es cambiar la mentalidad. Al cambiar hábitos y estilo de vida entendemos que hay una gran relación entre mejorar el estado físico y mejorar nuestra situación financiera y la mejor forma de lograrlo es al tener la mentalidad adecuada. Puede ser que encontrar el tiempo para hacer ejercicio sea difícil porque estás “muy ocupado” o que pagar la mensualidad del gimnasio sea un “gasto” que se te escapa de las manos, pero ¿y si entendieras que cuidar de tu salud es una de las mejores inversiones? Ir al gimnasio o utilizar ese tiempo para hacer ejercicio representa un compromiso que evita que gastes tiempo y dinero en cosas que tal vez hagan más mal que bien en el largo plazo.
 
  1. Para mejorar tienes que evaluar y entender honestamente tu situación actual. Para mejorar las finanzas es primordial saber cómo están tus cuentas: ingresos, egresos, deudas; cuánto gastas en supermercado, en salidas a restaurantes, suscripciones que tal vez no usas, vicios que vacían tu cartera; ¿tratas de impresionar a personas a las que no les importas? Funciona del mismo modo con nuestra salud: hazte un examen para saber tus valores, tómate fotos y mídete para poder evaluar los avances en el tiempo, consulta con especialistas para saber si tu dieta es la correcta y para obtener tu nivel de grasa corporal. Al conocer tus números podrás generar un plan de acción que te lleve a un mejor estilo de vida. Puedes llevar un control de tus avances y así identificar mejor los cambios y avances. 
 
  1. Teniendo clara nuestra situación actual podemos hacer lo más importante: establecer metas claras y alcanzables. Recomiendo la metodología SMART (Specific, Measurable, Achievable, Relevant, Time-bound) para construir objetivos. Será más claro y sencillo lograr los objetivos si al redactarlos son específicos, medibles, alcanzables (acordes a tu realidad), relevantes para ti y que tengan un tiempo estipulado. No es lo mismo “empezar a correr” a “voy a correr tres veces a la semana durante los próximos tres meses al volver del trabajo para lograr competir en la carrera de los 5 kilómetros de mi ciudad en el verano”.
Si quieres estar más saludable porque te sientes cansado todo el tiempo, quieres bajar de peso porque ya no te queda la ropa, o tu meta es correr un maratón necesitarás mucha motivación de forma diaria al inicio por lo que sugiero buscar la estrategia de motivación que más te convenga y te recuerde tu meta: hacer una cartelera, seguir cuentas en redes sociales de motivación, recompensarte de algún modo, etc.
Lo importante es tener ese recordatorio constante de tu objetivo. Sin embargo, contempla el escenario de que puedes perder la motivación algún día, para esos momentos necesitarás de determinación. Ya sabes que quieres un peso saludable porque es importante para tu futuro y pasa exactamente lo mismo con tus finanzas personales.
Tu meta puede ser ahorrar el 30% de tu salario o comprarte un equipo para optimizar un proceso en tu negocio, cualquier meta que desees, pero teniendo claro por qué la quieres para tu vida. Al establecer tus metas financieras podrás prepararte mejor para tu fondo de emergencia, tus inversiones y hasta tu retiro.
 
  1. Avanza en tus metas y elige primero los logros pequeños. No intentes lograr un abdomen soñado en una semana o comprarte una casa ahorrando solo un mes porque no vas a poder. Cada meta lleva su tiempo y los cambios en el estilo de vida, también. No te frustres si no fuiste al gimnasio los siete días de la semana (no tienes porqué ir tampoco), al menos fuiste dos y estás construyendo un hábito. Lo importante es no desistir, a veces nosotros mismos somos nuestros mayores saboteadores y nos exigimos más de lo que podemos hacer. Ajústate a tus posibilidades sin alejarte de tus objetivos. Se nos hace más difícil adaptarnos y mantener en el tiempo cambios radicales que instaurar cambios poco a poco. Por ejemplo, si no tenías hábitos de ahorro no puedes esperar a ahorrar el 30% de tu salario de un día para otro sin que afecte otros gastos. Empieza con dejar de comprar ese café diario y mejor hazlo en casa y será más sencillo de mantener en el tiempo. Es mejor hacer los cambios gradualmente.  
 
  1. Para lograr tus metas en temas de finanzas y salud física competirás todos los días contigo mismo. El valor más importante para lograr tus metas es la disciplina. Sin importar cuál sea tu meta necesitas ser paciente, ser constante y ser disciplinado para hacer todos los días ese poquito que te va a acercar a esa meta. Identifica cuáles son tus excusas y puntos débiles para que estés preparado para superarlos. Por ejemplo, si del trabajo me iba a la casa para cambiarme e ir al gimnasio había más probabilidades de que no fuera, entonces me llevaba de una vez al trabajo el bolso del gimnasio para evitar esa excusa. También evitaba una calle cerca de mi casa para no comprar cosas que no necesitaba, la idea es conocerte y así te adelantas y no cometes esas “caídas”. Lograr metas es más difícil de lo que piensas, ayúdate a lograrlas, terminas cuando terminas, no cuando te cansas.
 
  1. Para evitar tropiezos debes establecer las normas a seguir. Este paso es simple y a la vez poderoso. Cuando establecemos una meta también establecemos el plan de acción y las actividades a seguir para lograrlo, esto sucede a nivel de empresas y también a nivel personal. Ayuda mucho establecer también las normas para lograr esos objetivos y es más simple de lo que piensas. Ejemplos de normas pueden ser “no pedir delivery más de una vez a la semana” o “hacer una hora de ejercicio diaria” o “no hacer el mercado en tal sitio, si no en este otro que es más económico”. Teniendo claro que alguna vez se pueden romper estas normas, pero sin traumas, simplemente aprende a seguirlas.
 
  1. La fuerza de los hábitos. Si las reglas que aplicaste se convierten en hábitos, estás en el camino del éxito. Hay varios trucos que puedes aplicar para lograr una automatización de varias acciones diarias que tal vez nos quiten tiempo o produzcan gastos innecesarios. Por ejemplo, puedes usar aplicaciones de ahorro automatizado o dejar de salir a restaurantes entre semana. Puedes organizar tus comidas y seguir un menú o una tendencia de alimentación, será más sencillo y organizado hacer las comidas, preparar el mercado y evitarás el quedarte sin comida o comprar cosas que no te vas a comer o no necesitas. Al tener las comidas preparadas o planeadas con anterioridad también evitarás preferir ir a comer a otros sitios. Otro truco es tener una especie de uniforme personal, si toda tu ropa tiene las mismas telas y tonalidades será más sencillo lavar y cuidar la ropa y no será complicado escoger qué usar. Al reducir las opciones ya sabes lo que tienes que hacer y no piensas en ello, solo lo haces de manera automática. Encuentra aquellos trucos que funcionen para ti y así los conviertes en hábitos según tus metas.
 
Empieza hoy a crear tus metas u objetivos donde tu salud y finanzas personales estén unidos. 

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