Las prácticas en empresas tienen una finalidad muy clara para las personas que las realizan: durante un periodo no inferior a 6 meses y tampoco superior a dos años tienen la posibilidad de adquirir
experiencia para enfrentarse al mundo laboral real.
Sin embargo, muchas empresas no ven beneficio en contratar a recién titulados (ya sean universitarios, graduados en formación profesional o con un certificado de profesionalidad que le habilite para desempeñar el ejercicio de la profesión). Consideran que son trabajadores sin ninguna experiencia que pueden aportar poco a las empresas. Pero esto no es cierto.
Generalmente, las personas que realizan prácticas se encuentran entre un grupo muy numeroso que puede coincidir con la clientela de nuestra empresa. Si es así, serán
un aporte muy importante de ideas.
También, son jóvenes que salen a comerse el mundo, por lo que está motivados a la hora de ir a trabajar, muestran
interés por aprender...
Vamos a ver a continuación algunas de las
características de los contratos en prácticas:
- Estar en posesión de título universitario o formación profesional o título reconocido.
- Tener los estudios acabados y las tasas del título pagadas.
- Puede hacerse contrato en prácticas durante los 5 años siguientes a la obtención del título.
- Implica derechos y obligaciones para el trabajador como la cotización por jubilación, desempleo, bajas, vacaciones.
- La retribución no puede ser inferior al 60% del salario que esté percibiendo otro trabajador por esa misma actividad.
- La duración del contrato no puede ser inferior a 6 meses ni superior a 2 años. Y el horario puede ser a tiempo completo o parcial.
- Si la empresa está muy satisfecha con la persona en prácticas y convierte su contrato en indefinido, se podrá beneficiar de una bonificación durante tres años. La cuantía de la bonificación cambia, dependiendo de si son hombres o mujeres. En este caso, los descuentos, que se descuentan de la Seguridad Social a pagar, son más cuantiosos en el caso de las mujeres.
- La única desventaja que se pueden atribuir las empresas es la dedicación de tiempo que tienen que dedicarle a la persona en prácticas para enseñarle a realizar ciertas tareas o funciones. Esto se verá recompensado si, esa misma persona a la que enseñan, se la contrata o se la tiene en cuenta para procesos futuros.
Aparte de lo dicho al principio, la adquisición de experiencia para desempeñar en el futuro ciertas funciones, los
practicantes también tienen una serie de beneficios:
- Es una oportunidad para acceder a una empresa sin experiencia profesional cuando lo normal es que lo exijan
- La obtención de un sueldo, que sirve de motivación y ayuda. El dinero no es el motivo principal, pero siempre el esfuerzo y la competitividad será mayor con un aliciente.
- Al estar en activo, consiguen crear contactos que les pueden ayudar en su futuro profesional.
- Una vez que finalizan sus prácticas, las empresas les entregan un certificado en el que consta la duración de las mismas, el puesto que han desempeñado y cuáles han sido sus principales funciones.
- Existe la posibilidad de convertir el contrato de prácticas en indefinido.
Como vemos, las prácticas laborales aportan mayores beneficios que desventajas, en ambos casos: en el de las empresas y en el de los practicantes.