Todos somos Homo Sapiens
Iniciamos la serie: Nuestra comunicación humana, una visión de Patxi Andrés, consultor especialista en comunicación estratégica, reputación y crisis. Con más de 30 años de experiencia trabajando en encontrar la forma de entrenar mejor a personas que necesitan influir positivamente en sus audiencias para lograr resultados, tiene muy claro qué debe aprender y qué debe desaprender quien quiera mejorar su comunicación de manera significativa muy rápidamente.
martes, 04 de junio de 2019
El mayor éxito del Homo Sapiens, es decir, nosotros los humanos actuales, reside en que nuestro desarrollo cerebral nos permitió comprender y ejecutar la comunicación para transmitir algo más importante que datos.
La evolución permitió que nuestro cerebro de Sapiens se diera cuenta que la comunicación compleja - rasgo que compartimos con muchas otras especies animales – más allá de compartir datos nos permite también, fomentar la confianza con nuestros pares, y lo hacemos con procesos de comunicación implícita – cuando expresamos nuestros sentimientos de forma no verbal y verbal - y con comunicación explícita – cuando construimos las narrativas que nos pueden unir con otros seres humanos, en torno a ideales o valores.
El paso de comprender el valor de la confianza fue tan importante que nos permitió, a nosotros los sapiens, unirnos en grupos de grandes números de individuos que podían coordinar acciones para alcanzar resultados específicos.
Hay investigaciones de grandes primates (chimpancés y gorilas) que reportan que estas especies no forman grupos mayores de 160 individuos, al alcanzar una cifra cercana a ese número se disgregan en grupos de menor tamaño.
De todas las especies del género Homo (unas 19 especies diferentes) solo Sapiens existe actualmente.
Una posible explicación a este hecho, como lo plantean diversos estudios antropológicos, es que, al saber en quiénes sí se podía confiar y en quienes no, los grupos de Sapiens confiables se podían juntar y coordinar acciones para dominar a otros seres vivos, inclusive otros grupos de humanos, e inclusive, para transformar el ambiente y finalmente crear la civilización e iniciar la evolución cultural.
Apenas hace 12.000 años atrás los humanos empezamos la revolución agrícola, es decir, empezamos a domesticar plantas y animales y se construyen los primeros asentamientos humanos permanentes.
Desde entonces seguimos, cada vez con más frecuencia, intentando comunicarnos con otros, buscando pistas de quiénes son los confiables, para coordinar acciones y alcanzar los resultados deseados.
Como dice Yuval Harari, en su exitoso libro Sapiens:
«Nuestro lenguaje evolucionó como una forma de cotilleo. De acuerdo con esta teoría, el Homo Sapiens es principalmente un animal social. La cooperación social es nuestra clave para la supervivencia y la reproducción. No es suficiente que los individuos conozcan el paradero de los leones y los bisontes. Es mucho más importante para ellos saber quién en su banda odia a quién, quién se acuesta con quién, quién es honesto y quién hace trampa.»
Todo nuestro proceso de evolución, primero la evolución biológica y luego la evolución social y cultural, ha premiado que estos mecanismos de comunicación se agudicen y se perfeccionen llegando a los seres humanos que somos actualmente, extraordinarias criaturas a la hora de comunicar.
Entonces, la primera clave que debemos entender es que nos comunicamos para cultivar la confianza entre nosotros y con nuestras audiencias y como comunicador mi primera misión es hacer sentir al otro que puede confiar en mí.
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