Este tipo de bulos actualmente es muy habitual, desgraciadamente para los usuarios y afortunadamente para los medios que los promueven, ya que suelen convertirse en virales en las redes sociales. Normalmente este tipo de noticias son difundidas por medios de mala reputación que buscan hacer creer acontecimientos falsos a los lectores y que ellos, ante la indignación o sorpresa de la información recibida, se dediquen a propagar su enfado o asombro por las diferentes redes sociales.
Las
fake news no son nada novedoso. Hace años, antes de la aparición de las redes sociales y de Internet este tipo de informaciones falsas y/o sesgadas también existían y a muchos sectores, sobre todo los políticos, les interesaba difundirlas, convirtiéndolas en globos sonda. Es decir, “filtraban” un tipo de información entre ciertos sectores y personas para generar debate en la opinión pública (a los políticos les sirve para saber qué piensan los ciudadanos sobre determinados temas y poder tomar decisiones).
Los globos sonda nunca van respaldados por ninguna fuente oficial, por lo que, llegado el caso, si se descubre donde se genera la información se puede negar todo, (no hay pruebas de que haya estado allí el origen). En este caso, muchas de esas informaciones (que en principio no existen) terminan convirtiéndose en realidad. Los globos sonda han existido y seguirán existiendo.
Las
fake news, además del objetivo citado anteriormente, también se hacen para enaltecer o desprestigiar a ciertas personas y empresas.
Y, actualmente, que gran parte de las organizaciones están en Internet, pueden tener el motivo de llevar tráfico de usuarios a una web. ¿Con qué objetivo? Pues depende..., pueden querer tus datos, pueden querer mostrarte publicidad, pueden querer instalar un virus en tu dispositivo, etc.
Cómo descubrirlas
Distinguir una noticia falsa de una que no lo es no siempre es fácil. Sin embargo, hay algunos rasgos que nos pueden ayudar a diferenciarlas:
- La rapidez de la difusión. Mientras que una noticia falsa se difunde a una velocidad supersónica, la real, aún siendo de interés general, no llega a esas velocidades.
- Los sentimientos generados. Una noticia verdadera suele generar sentimientos neutrales, de alegria, de tristeza o de confianza ante un acontecimiento. Sin embargo, las noticias falsas generan sentimientos más intensos, como rabia o sorpresa. Son estos sentimientos tan emotivos los que provocan que las personas lo difundamos con mayor alcance y rapidez.
- Usan titulares alarmistas/sensacionalistas. Normalmente con palabras en mayúsculas, signos de exclamación. El objetivo es atraer la atención del usuario para que lea la noticia.
- Este tipo de noticias no van firmadas y no suelen llevar una fecha de publicación.
- En el texto suelen aparecer excesivos enlaces a otras páginas y, en gran parte de los casos, hay un número excesivo de anuncios.
No todas las noticias falsas cumplen uno o varios de estos requisitos, pero sí que suelen ser características tendentes en este tipo de publicaciones.
Hay otro par de cosas que puedes hacer para intentar corroborar la veracidad de la noticia. La primera es comprobar si aparece la noticia en
Maldito Bulo y la otra es buscar en qué otros medios ha sido publicada. Si no aparece en ningún otro medio, duda y si aparece, pero no son confiables, duda también.
Cómo acabar con ellas
Actualmente, los buscadores, como Google, tratan de localizar este tipo de noticias falsas, a través de sus algoritmos, para intentar limitar su alcance, pero, hoy en día, siguen circulando todos los días.
Lo mejor para acabar con ellas es no compartirlas, pero esto también es misión imposible, ya que hay muchos interesados en difundirlas y no todos los que las lean van a investigar si son falsas o no.
Es cierto que son los medios de comunicación los que deciden qué publican y qué no. Por lo tanto, está en sus manos decidir qué es noticia y qué no. A su favor hay que decir que no son los medios reconocidos los que difunden este tipo de informaciones, ya que en sus normas de trabajo se incluye el contraste de las noticias y la verificación de las fuentes.
Para acabar, y, como recomienda la
Fundeu, en español es mejor referirnos a este tipo de bulos, infundios, desinformaciones o falacias como noticias falsas o falseadas.