El Trabajo Fin de Máster es la culminación a todas las horas de dedicación que le has dedicado a tu curso. Antes de la presentación, lógicamente está la elaboración. ¿Quieres saber cómo realizar un buen TFM? Este post te puede ayudar tanto a su elaboración como a su presentación, siempre y cuando no choque con cualquier otro apunte que os realice vuestro director/a de TFM. Empecemos...
Pasos para la elaboración del TFM
Para la elaboración del TFM necesitas seguir unos pasos, que posiblemente sean muy obvios, pero que no está de más recordar. Antes de nada conviene, por lo menos, tener una noción, del tema que queremos tratar y de la orientación que le vamos a dar a nuestro trabajo.
Pasos:
- Búsqueda de información. Comenzamos el trabajo obteniendo información de distintas fuentes. Es importante seleccionar información veraz.
- Evaluación de la información. Una vez que hemos recopilado suficiente información -posiblemente realicemos otras búsquedas complementarias- comienza la selección de aquella que sea más relevante para nuestro trabajo.
- Redacción. Cuida la redacción del mismo. Para ello, léelo varias veces, pero no seguidas. Lo mejor es dejarlo reposar para volver a leerlo unos días más tarde, así te fijarás mejor en los errores de ortografía y redacción.
- No plagies. El plagio, aparte de que si te descubren queda poco profesional, es un delito. Si quieres usar ideas, frases, párrafos, etc. Cita la fuente y/o haz referencia.
- Prepara la exposición en base al tiempo establecido
Consejos para la presentación del TFM
La presentación depende de dos partes de igual importancia. Por un lado, la presentación en sí y el mensaje, y por otro el cómo lo hagamos. Y en diferente posición tendríamos al tribunal que, lógicamente, también forma parte de la exposición.
En lo referente a nosotros mismos hay tres aspectos a tener en cuenta: el aspecto personal, la comunicación verbal y la comunicación no verbal.
1. En cuanto al aspecto personal no olvides que la primera impresión es la que se mantiene. Todos, incluido tú, de un simple vistazo somos capaces de catalogar a una persona como de nuestros agrado o no. Si la primera impresión no es favorable, luego nos va a costar mucho cambiar esa idea.
No descuides tu aspecto (ve aseado, con ropa limpia) y no te llenes de abalorios que desvíen la atención del tribunal (ej. joyas gigantes, complementos llamativos, calzado muy vistoso...). Tampoco masques chicles o caramelos.
2. Respecto al lenguaje verbal, no uses el lenguaje coloquial ni vulgar, aunque el tribunal pueda estar compuesto por personas más jóvenes e informales que tú.
Seguramente tu director de TFM esté presente. Por mucho contacto que hayáis establecido, no es el momento de demostrar vuestra amistad. Sé respetuoso con todos ellos. Es importante que presentes con un buen tono de voz, siempre vocalizando y a una velocidad normal (no hables ni muy rápido ni muy despacio). Procura que tu presentación no sea muy lineal, para lo que debes modular, mostrar más énfasis y subir el tono en aquellas partes que consideres más importantes.
Es tu trabajo. No necesitas leerlo, con un guion que te ayude a no perder el hilo será suficiente.
3. Tu lenguaje corporal es tanto o más importante que el verbal, no lo descuides.
El tribunal está compuesto por varias personas, así que no te centres solo en una. Ni tampoco quieras abarcarlas a todas en todo momento porque tu mirada parecería enloquecida. Involucra a toda tu audiencia con sensatez. Si dispones de espacio para realizar la presentación, evita quedarte totalmente parado, y también el recorrer nerviosamente la sala. Para tener una posición abierta, creíble y segura evita cruzar los brazos o ponerlos en jarra, y también tocarte el pelo o la cara. Es importante que tu lenguaje no verbal sea expresivo (no en exceso) y acorde con tu discurso.
Y llegó el día de la presentación…
Llega el día de la presentación del Trabajo Fin De Máster. Te lo has preparado a conciencia y, por supuesto, sabes de lo que vas a hablar.
Los nervios previos son normales, a unos les afectan más y a otros menos, pero, tanto en unos como en otros, se pueden controlar. Mi recomendación es que antes de acudir a la cita lo hayas ensayado algunas ocasiones. Incluso entrenando, muchas veces surgen imprevistos con los que no contábamos, y que hay que evitar que tiren por tierra todo nuestro trabajo, así que imagina si no hemos ensayado.
Para controlar ese nerviosismo y/o ansiedad, necesitamos estar seguros de nosotros mismos. Otro aspecto que nos da seguridad es conocer el espacio en el que vamos a exponer. Acude con tiempo al lugar de la exposición. Primero para no ponerte más nervioso durante el trayecto si, por ejemplo, hay atasco o no encuentras sitio para aparcar, o si el metro se para en una estación por una avería, o el autobús llega con retraso.
Si llegas con tiempo también podrás ver antes la sala en la que vas a exponer y saber dónde se va a colocar el tribunal, de cuánto espacio dispones para moverte, dónde se encuentra el proyector...
También nos da tiempo a revisar que funcionen todos los aparatos eléctricos que necesitamos, como por ejemplo el proyector o el puntero.
Hay ocasiones en las que las presentaciones no las realizamos en nuestro ordenador. Si acudimos con tiempo podremos comprobar que la presentación funciona correctamente en el dispositivo en la que la tengamos que hacer.
Asimismo, es recomendable llevar la presentación en un par de dispositivos diferentes, por ejemplo, en USB y en CD.
Es tu turno. Apaga el móvil. Coge aire, muestra una posición abierta y ¡adelante!