¿Conoces la importancia de nuestros gestos y expresiones en una entrevista de trabajo? Cuando nos preparamos para afrontar una entrevista siempre nos preparamos las preguntas que suelen realizarse, pero ¿qué ocurre con el lenguaje corporal?
La comunicación es un proceso de intercambio de información en el cual un emisor transmite a un receptor algo a través de un canal esperando una respuesta. En este proceso entra en juego la comunicación no verbal mediante expresión o lenguaje corporal desprovisto de palabras. Gestos, expresiones faciales, movimientos corporales, distancia, ropa… todo esto son signos que muestran cómo somos y contienen más contenido que el verbal.
En concreto, la expresión corporal se refiere a la forma de cómo el ser humano puede expresarte a través de los movimientos de cuerpo y es necesario saber controlarlo para utilizarlo en nuestro beneficio.
Cómo actuar en una entrevista de trabajo
A través del lenguaje corporal el seleccionador puede obtener información muy útil sobre los candidatos. Por tanto, es muy importante tanto lo que se dice como lo que se expresa a través de la comunicación no verbal.
El lenguaje corporal no miente y con nuestras expresiones reflejamos realmente lo que pensamos ya que es muy difícil controlar a la vez lo que decimos y lo que estamos expresando a través de la comunicación no verbal. El entrevistador tiene que ser capaz de captar los mensajes que transmitimos de forma inconsciente con nuestro cuerpo.
8 consejos sobre cómo utilizar el lenguaje corporal en una entrevista de trabajo
La experta en Recursos Humanos y profesora de la escuela, Natalia Sánchez, nos ofrece unas recomendaciones para poder utilizar el lenguaje corporal de forma adecuada en una entrevista de trabajo:
- Refuerza la primera impresión. Es la que va a marcar la dirección y el tono de la entrevista, por lo tano es esencial por ejemplo dar la mano. Cuando des la mano mira también a los ojos del entrevistador y dibuja una sonrisa de empatía. El apretón de manos debe ser firme, pero no muy alargado en el tiempo.
- Utiliza tus ojos para comunicarte. Debes intentar mirar al entrevistador de forma directa a los ojos, pero sin incomodar. Lo más recomendable es una mirada empática que proyecte entusiasmo y cordialidad.
- Sonríe. La sonrisa en esencial en el lenguaje del ser humano para mostrar simpatía, aunque sea sin excederse y sin forzarla. Se trata de sonreir no de estar riéndose todo el tiempo de todo.
- Proyecta confianza con la postura de tu cuerpo. No hay que apoyarse sobre la mesa ni recostarse hacia atrás en la silla. Tu cabeza debe estar erguida y derecha y trata de sentarte un poco al borde de la silla para así mostrar tu interés al entrevistador. Que no se te vea sentado de forma rígida y paralizada, sino correcto y relajado.
- Utiliza expresiones faciales positivas. Todo tu rostro debe servir para que te comuniques con expresiones faciales de asombro o de duda. Debes ser positivo con tus expresiones más allá del simple sonreir.
- Controla tus nervios. Aunque es imposible no tener nervios en una entrevista de trabajo, puede haber determinados descuidos como jugar con un bolígrafo o con el pelo que pueden identificar que no estás controlándote.
- Utiliza tus manos. Úsalas de forma adecuada para enfatizar lo que te interesa de lo que hables, pero sin abusar.
- Transmite dinamismo y simpatía con todo tu cuerpo. Muéstrate como una persona agradable, sociable y no te muestres conflictivo.
Como vemos, en una entrevista de trabajo es igual de importante o más saber manejar el lenguaje corporal porque realizar ciertos gestos puede jugarnos una mala pasada.