Nuestra formación universitaria no se ajusta a las demandas del mercado. Para un joven es difícil acceder a un puesto porque no solo le falta experiencia, sino también conocimientos. Pero ocurre lo mismo con profesionales que han estado trabajando durante muchos años en el mundo offline y ahora tienen que competir con jóvenes digitales que tienen mayor experiencia en este campo, aunque les faltan las competencias.