Para explicar este concepto primero debemos situarnos en qué es una sesión. Siguiendo la definición de Google, es el grupo de interacciones que un usuario realiza en un sitio web y que tienen lugar dentro de un marco de tiempo determinado (suele ser de media hora de inactividad, pero el tiempo se puede ajustar). Es decir, yo, como usuario de tu página web, te hago una visita. Nada más entrar se activa una cookie que identificará todo lo que hago por tu sitio: qué páginas veo, si interacciono, si realizo una transacción... Cada vez que realice una acción Google Analytics (GA) agrega otros 30 minutos a la hora de vencimiento de la sesión y solo contabilizará una sesión. Si no hiciese nada, simplemente dejo la página abierta, pero no navego por ella, a los 30 minutos GA entiende que esa sesión ha terminado.
En este punto hay que diferenciar entre la métrica de visitas a la página y el número de sesiones. Es importante destacar que un usuario puede visitar la misma página muchas veces en una solo sesión (el sistema solo contará una vista de pág. única).
¿Por qué es importante RPM?
Esta métrica es muy importante a la hora de medir objetivos, ya que nos ayuda a entender si los anuncios en un sitio web tienen buen rendimiento.
Esta métrica arroja los datos de los Ingresos por Sesión. Es decir, los resultados de la estrategia de monetización y experiencia de usuario.
El modo de calcular la métrica es fácil: se dividen los ingresos totales por el número de sesiones y se multiplica el resultado por 1.000 (ingreso total / sesiones x 1000 = RPM).
Cómo optimizar RPM
Con la medición de RPM podremos ver si existe la posibilidad de mejorar la estrategia de monetización, si las acciones realizadas son efectivas o necesitamos ajustarlas. Pero, para sacer el mejor rendimiento, hay que medir el RPM de sesión por separado la versión de escritorio y la versión móvil del mismo sitio, ya que el patrón de interacción es diferente según el dispositivo que manejemos.